Las cuerdas vocales, que también se llaman pliegues vocales, cumplen muchas funciones en el cuerpo humano. Primero, desempeñan un papel importante en la producción de la voz de un niño. En segundo lugar, desempeñan un papel importante durante la deglución y son una de las principales formas en las que los niños pueden proteger las vías respiratorias mientras comen y beben. Cuando los niños tragan, el cierre de las cuerdas vocales garantiza que ningún alimento o líquido pase de manera innecesaria a las vías respiratorias. En tercer lugar, regulan la presión en los pulmones y en las vías respiratorias durante el ejercicio y mientras tosen.
Como resultado de sus muchas funciones, los problemas con las cuerdas vocales pueden llevar a muchos síntomas distintos, que incluyen cambios en la voz, dificultad para respirar, ejercitarse o alimentarse.
La inmovilidad o parálisis de las cuerdas vocales puede afectar a una (unilateral) o ambas (bilateral) cuerdas vocales. Cuando se lastima el nervio o no está funcionando de manera adecuada para mover la cuerda vocal, la inmovilidad se llama “parálisis”.
La parálisis unilateral de las cuerdas vocales (UVCP, por sus siglas en inglés) es más común que la parálisis bilateral de las cuerdas vocales, y la mayoría de las veces la cuerda vocal izquierda es la implicada. La parálisis unilateral de las cuerdas vocales puede ocurrir después de una lesión directa al nervio (p. ej. después de un parto con fórceps, o después de una cirugía en el cuello o en el pecho), o después de ciertas infecciones. La causa también puede ser desconocida. Los síntomas incluyen una voz débil o un llanto entrecortado. Debido a que las cuerdas vocales cumplen una función importante para mantener los alimentos y los líquidos fuera de las vías respiratorias cuando tragamos, la UVCP puede llevar a toser o ahogarnos cuando nos alimentamos. Esto es más común con líquidos, y puede provocar neumonías repetitivas. Con frecuencia la lesión al nervio tiene potencial de sanación, y es común que se resuelva la parálisis de las cuerdas vocales en niños.
El tratamiento depende de la causa de la parálisis y de los síntomas del paciente. Algunos niños pueden sólo ser observados anticipando el regreso de la función de las cuerdas vocales. Otros pueden requerir intervenciones de corto a largo plazo. Las intervenciones de corto plazo incluyen inyección en las cuerdas vocales, un procedimiento realizado en el quirófano bajo un microscopio. Las intervenciones a largo plazo incluyen la colocación de implantes laríngeos permanentes y procedimientos de injerto de nervios en pacientes con una baja probabilidad de mejora espontánea, normalmente después de una parálisis de las cuerdas vocales de 12 a 24 meses.
La parálisis bilateral de las cuerdas vocales (BVCP, por sus siglas en inglés) es menos común que la UVCP, y a menudo está presente en el nacimiento. Puede estar relacionada con otras anormalidades en el sistema nervioso, pero en la mayoría de los casos no hay una causa identificable. Los síntomas normalmente surgen durante la infancia, e incluyen dificultad para alimentarse, estridor inspiratorio (un ruido de alta frecuencia al inhalar) y obstrucción de las vías respiratorias. A menudo, la voz y el llanto son normales.
La BVCP se diagnostica utilizando un endoscopio flexible a través de la nariz del niño mientras éste está despierto. Una vez que se hace un diagnóstico, a veces los niños son sometidos a una RM del cerebro para detectar una enfermedad neurológica tratable que puede llevar a la parálisis de las cuerdas vocales. Otros estudios posibles que pueden solicitarse incluyen estudios de deglución, estudios del sueño y ultrasonidos del corazón.
Ya que la BVCP tiene el potencial de provocar la obstrucción de las vías respiratorias, casi siempre se inicia de inmediato el tratamiento. El tratamiento puede incluir una traqueostomía (un tubo para respirar en el cuello) durante la infancia, mientras se espera a que se resuelva la parálisis. En ocasiones, se puede realizar un procedimiento endoscópico diseñado para expandir las vías respiratorias a fin de evitar la traqueostomía. A veces, es posible la observación sin una intervención. Si la parálisis de las cuerdas vocales continúa, se pueden realizar varios procedimientos quirúrgicos para ampliar las vías respiratorias con la esperanza de quitar la cánula de la traqueostomía. Todos los procedimientos en las cuerdas vocales en pacientes con BVCP tienen la posibilidad de debilitar la voz y aumentar el riesgo de aspiración (cuando los alimentos o los líquidos se van a las vías respiratorias por accidente). Todos los procedimientos requieren de una evaluación y equilibrio minuciosos entre los riesgos y los beneficios de la intervención.
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