La laringomalacia es una enfermedad en la que el tejido blando que está por encima de las cuerdas vocales cae en la vía respiratoria cuando un niño respira, lo que provoca estridor. Estridor es un término médico para describir "respiración ruidosa". El estridor de la laringomalacia es un sonido agudo que se escucha mejor cuando el niño inhala.
La laringomalacia es un defecto que se presenta al nacer. Durante el desarrollo fetal, es posible que las estructuras rígidas de la laringe no se desarrollen por completo. Como resultado, hay una debilidad en estas estructuras al nacer, lo que provoca que se colapsen durante la respiración, lo que genera estridor. En los niños, la laringomalacia es la causa más común de estridor durante la infancia, y normalmente mejora con el tiempo.
El síntoma principal de este trastorno es el estridor (respiración ruidosa) que se escucha la mayoría de las veces cuando un bebé inhala. En general es más ruidoso cuando el bebé se está alimentando o está durmiendo, y es posible que no se escuche cuando el bebé está llorando. El estridor empeora si el bebé tiene una infección en las vías respiratorias altas. Cuando el estridor es grave, el bebé normalmente tendrá retracción de la piel, lo que se puede ver en el cuello justo arriba del esternón y justo debajo de las costillas.
Muchos bebés con laringomalacia también tienen problemas con la alimentación. A diferencia de los adultos, los bebés no pueden respirar y tragar al mismo tiempo. Esto es por la posición de la laringe del bebé, que está a un nivel relativamente alto en el cuello. Los bebés con laringomalacia moderada a grave con frecuencia tienen dificultad para coordinar la alimentación con la respiración, así que necesitan tomar descansos con frecuencia durante la alimentación. Esto puede resultar en tiempos de alimentación prolongados, lo que es frustrante tanto para el bebé como para la mamá. Algunas veces las dificultades de alimentación son tan graves que el bebé tiene problemas para subir de peso.
La laringomalacia moderada a grave puede resultar en dificultades para dormir y pausas en la respiración (episodios de apnea).
Además de un historial médico completo y un examen físico, normalmente se realiza una laringoscopia flexible en la clínica. Durante la laringoscopia se pasa un tubo pequeño por la nariz y se utiliza para ver la laringe. Aunque la laringoscopia flexible se puede llevar a cabo en el consultorio, se puede realizar una evaluación más detallada de las vías respiratorias en el quirófano para algunos niños (microlaringoscopia y broncoscopia). Algunas veces se recomendará un estudio del sueño (polisomnografía) para evaluar el alcance de cualquier apnea del sueño.
En la mayoría de los casos, la laringomalacia es una enfermedad inofensiva que se resuelve por sí sola, sin intervención médica. Los bebés con síntomas más fuertes algunas veces serán tratados con un medicamento para controlar el reflujo gastroesofágico que está relacionado con la laringomalacia.
Si el bebé está teniendo estridor moderado a grave, y está teniendo dificultades con la alimentación o con el sueño, se puede recomendar un procedimiento quirúrgico llamado supraglotoplastia. Este procedimiento conlleva el ver la laringe y cortar el exceso de pliegues ariepiglóticos para hacer más espacio para que pase el aire a través de la traquea, y se realiza bajo anestesia general. Esta cirugía se realiza a través de la boca; no hay incisiones en la parte externa del cuerpo. El niño suele necesitar quedarse en el hospital de 1 a 3 noches después de la cirugía. Una supraglotoplastia mejora drásticamente la respiración, la alimentación y el sueño de un niño.
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