La evaluación para transplante del intestino delgado es similar a la evaluación para transplante del hígado. Es importante que el niño tenga un buen historial de colocación de catéter central, acceso intravenoso, estudios del tracto gastrointestinal superior, número de resecciones gastrointestinales y longitud del intestino para garantizar que el transplante sea la mejor opción médica. En algunos casos, podemos recurrir a nuestra pericia en nutrición parenteral total (NPT) para mejorar la salud del niño y eliminar la necesidad de un transplante.
Todo niño remitido al Programa de Transplantes Intestinales Pediátricos como candidato a transplante es sometido a una evaluación multidisciplinaria que se ajusta específicamente a las necesidades del niño:
Después de que finalicen estas evaluaciones y pruebas, nuestro equipo de expertos se reúne con la familia y habla sobre todas las opciones de tratamiento. Si el niño es candidato para transplante intestinal, se añade su nombre a la lista de espera de órganos para un transplante de intestino solamente o un transplante combinado de hígado e intestino, en función de la gravedad del daño y disfunción del órgano. Las listas de espera para transplantes son administradas por la United Network of Organ Sharing (UNOS).
UNOS es una organización privada sin fines de lucro que se desempeña en virtud de un contrato con el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos para promover la donación de órganos y los trasplantes. UNOS administra la lista de espera nacional y coordina la asignación y la colocación de los órganos de donantes. UNOS también recolecta, valida y mantiene los datos de todos los donantes de órganos y de los receptores de órganos sólidos para trasplante.
El periodo de espera varía con la edad y estado de salud del niño, así como la disponibilidad de órganos. Las políticas que rigen la asignación de órganos de donantes se pueden encontrar en la página web de la United Network for Organ Sharing (UNOS), que administra la lista de espera en el Internet.
En general, es más difícil hallar un intestino idóneo para transplante que hallar un riñón o hígado. Se recurre a donantes vivos solo en contadas ocasiones, y el órgano del donante tiene que tener sangre del grupo ABO compatible y ser de un tamaño dentro del 50 % al 60 % del tamaño del receptor. Puede encontrar las estadísticas más recientes sobre el tiempo medio de espera en ustransplant.org.
Después del procedimiento, se les da a los pacientes un tratamiento inmunosupresor por medio de fármacos a fin de evitar el rechazo del órgano trasplantado. El doctor realiza biopsias (extracción de muestras de tejido del intestino) en distintos puntos en busca de signos de rechazo. El rechazo se puede manejar añadiendo fármacos inmunosupresores o incrementando sus dosis. Los pacientes que han recibido un transplante intestinal deben tomar medicamentos inmunosupresores de manera indefinida.
Como los pacientes que toman fármacos inmunosupresores son vulnerables a las infecciones por bacterias o virus, se lleva un control de estos en busca de señales y síntomas de infección. La coordinadora de transplantes exclusiva del equipo, Roni Zarge, quien es enfermera especializada en tratamiento de heridas y continencia de ostomía, lleva el seguimiento del paciente. Se presta atención particular a los problemas de tratamiento de heridas y manejo de líquidos. El equipo multidisciplinario realiza una evaluación nutricional para determinar las necesidades calóricas del niño.
Después del alta, los médicos y enfermeros del Programa de Transplantes Intestinales Pediátricos y su pediatra local monitorean al niño. Al principio, el niño visita la Clínica de Transplantes Intestinales Pediátricos dos veces a la semana para exámenes médicos y de laboratorio. También se hacen al principio biopsias de supervisión para ver si hay rechazo del órgano; estas se realizan dos veces a la semana y según lo determine el médico. Conforme evoluciona la recuperación, las visitas se vuelven menos frecuentes.
Nuestro equipo continuará siendo parte de la atención de seguimiento después de que usted y el paciente puedan regresar a casa. En colaboración con el gastroenterólogo pediátrico local, seguimos el progreso de su niño a fin de garantizar la más óptima atención. Para facilitarle las cosas a las familias, el Programa de Trasplantes Pediátricos Intestinales opera clínicas de divulgación durante el año en Hawái, Portland, Seattle, Sacramento, Fresno y Oakland.
Los intentos tempranos de transplantes intestinales comenzaron hace más de 40 años, aunque el éxito clínico se ha alcanzado solo en los últimos 10 años.
A pesar de las técnicas mejoradas de inmunosupresión, el intestino rechaza los transplantes más que otros órganos. El rechazo del intestino también es difícil de diagnosticar, puesto que no hay pruebas bioquímicas (sanguíneas) que indiquen que hay rechazo. A fin de prevenir el rechazo intestinal, los pacientes requieren dosis más altas de inmunosupresión que con otros tipos de transplante. Hoy en día, debido a medicamentos nuevos más específicos para evitar el rechazo, el éxito del transplante intestinal ha mejorado drásticamente. Para ver los datos más recientes sobre resultados, consulte el Registro de Transplantes Intestinales.
Desde 1985, los datos recopilados por el Registro de Transplantes intestinales a nivel internacional indican que 55 programas de transplante intestinales han realizado 601 transplantes, de los cuales 402 se realizaron en niños.
Con las tasas de supervivencia mejoradas, la mayoría de las aseguradoras médicas y otras fuentes de pago externas cubren los transplantes intestinales.
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