Brachial significa "brazo" en latín y plexus significa "trenza". El plexo braquial es la red entrelazada, o trenza, de cinco nervios que van desde el cuello hasta el brazo y la mano. Estos nervios fundamentales regulan los movimientos de la mano, el brazo y el hombro y llevan la sensación de vuelta al cerebro. Cuando uno, muchos o todos estos nervios están dañados, puede resultar en lesiones del plexo braquial que inhiben la capacidad de flexionar o rotar el brazo. La mayoría de estas lesiones ocurren durante el nacimiento. Por ejemplo, cuando un bebé grande pasa por una pelvis pequeña, se puede provocar presión en el cuello del bebé y el plexo braquial en él. Pero niños más grandes a veces sufren lesiones del plexo braquial también, por acontecimientos traumáticos como caídas de barras de monos o accidentes automovilísticos. La mayoría de las lesiones del plexo braquial resultan de moretones o estiramientos de los nervios.
Con descanso y algunas veces terapia, la mayoría de los pacientes se recuperan a medida que pasa el tiempo. Sin embargo, en pocos casos, si los nervios se ven cercenados, la lesión puede persistir y es posible que se necesite una cirugía para lograr un rango de movimiento óptimo. Para complicar las cosas, a menudo es difícil saber en una etapa temprana qué tan grave es el daño o si se sanará, así que la observación diagnóstica es clave.
En el Lucile Packard Children’s Hospital Stanford, nuestro equipo de clase mundial de especialistas pediátricos incluye neurocirujanos, cirujanos de mano, cirujanos ortopédicos, neurólogos, radiólogos y un terapeuta ocupacional dedicado, y todos se centran en tratar las lesiones del plexo braquial con las combinaciones óptimas de terapias tradicionales y avanzadas, que incluyen la reconstrucción y la transferencia nerviosas.
Conéctese con nosotros:
Descarga nuestra App: