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Una cirugía ortognática o cirugía de la mandíbula corrige condiciones de la mandíbula y la realinea para que funcione adecuadamente. Suele acompañarse con una cirugía plástica para mejorar la estética facial.
Su hijo debe visitarnos si tiene una afección que perjudica a la mandíbula, específicamente si probó hacerse ortodoncia y no funcionó o si un ortodoncista o dentista remitió a su hijo para una segunda opinión. Podemos reunirnos con su ortodoncista, o puede consultar al nuestro si aún no tiene uno.
El momento óptimo para someterse a una cirugía de mandíbula suele ser después de que la mandíbula deja de crecer, generalmente, en los últimos años de la adolescencia (lo típico es de 17 a 21 para varones y de 14 a 16 para chicas).
Durante una cirugía de mandíbula, el cirujano de su hijo mueve el hueso mandibular al lugar correcto. Se usan tornillos, placas, alambres o gomas elásticas para mantener el hueso en la posición adecuada. Cuando la mandíbula necesita fortalecerse, a veces se quita hueso de otras partes del cuerpo y se traslada a la mandíbula. Los procesos quirúrgicos suelen requerir una hospitalización de una a dos noches. El procedimiento en sí se completa en un plazo de cuatro a seis horas y requiere anestesia general.
Las mandíbulas toman algún tiempo para curarse, generalmente entre seis y 12 semanas. Durante el primer mes, se le realizará un estrecho seguimiento a su hijo y tendrá menos citas con el tiempo. Antes de salir del hospital, usted recibirá rigurosas instrucciones sobre la atención en el hogar.
Casi nunca se necesita repetir cirugías a medida que los niños crecen.
Debido a que la mayoría de las cirugías mandibulares se llevan a cabo dentro de la boca, las cicatrices de su hijo quedarán escondidas.
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