La fertilización in vitro (FIV) es una de las técnicas más comunes y eficaces disponibles para mejorar sus posibilidades de embarazarse. Implica la fertilización de óvulos fuera del cuerpo, en una caja de Petri, que luego se implantan en el útero de la mujer.
Para que la fecundación in vitro (FIV) tenga éxito, es necesario que tanto usted como su médico (endocrinólogo reproductivo), las enfermeras y los embriólogos participen en estrecha coordinación. El momento preciso de la toma de medicamentos es crítico, y se requiere un monitoreo estricto con ultrasonido. Esta opción reproductiva es un proceso complejo, pero estamos aquí para guiarla y ayudarle a aliviar el mayor número de complejidades que puedan ocurrir a lo largo del camino. Siéntase con la libertad de hacerle a nuestras enfermeras y médicos cualquier pregunta que tenga.
Con la fertilización in vitro (FIV), se recuperan óvulos (ovocitos) del ovario y se colocan en una caja de Petri con esperma móvil y activo. Ya que la fertilización ocurre en la caja de Petri en vez del cuerpo de la mujer, este proceso se ha llamado "in vitro". Los óvulos y los espermas se mantienen en un medio de cultivo especial (líquido nutriente) en un ambiente controlado (incubadora). Si un óvulo fertilizado se desarrolla de manera apropiada, consistirá en 6 a 8 células 3 días después de haber recuperado los óvulos. Si un embrión continúa desarrollándose de manera apropiada, formará un blastocito a los 5 o 6 días después de haber recuperado el óvulo. Después de que los embriones se han desarrollado en el laboratorio de FIV durante varios días, se seleccionan uno o más para su transferencia al útero y si se están desarrollando embriones adicionales, se pueden congelar para ser transferidos en el futuro.
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