El ureterocele compromete el riñón, el uréter y la vejiga. Un uréter normal lleva la orina desde el riñón hasta la vejiga. Cuando un niño tiene un ureterocele, la parte del uréter más cercana a la vejiga se agranda, porque el orificio del uréter es muy pequeño y obstruye el flujo de orina. Al obstruirse el flujo de orina, esta se acumula en el conducto del uréter.
Los niños que poseen un ureterocele también pueden tener una duplicación ureteral. Esto significa que poseen dos uréteres para un riñón que drenan independientemente hacia la vejiga. El uréter con el ureterocele generalmente drena la mitad superior del riñón, mientras que el duplicado puede drenar la mitad inferior. Es posible que el uréter con el ureterocele entre a la vejiga más abajo que el uréter duplicado, lo que puede ocasionar un reflujo de orina al uréter ubicado más arriba.
El ureterocele y la duplicación ureteral son mucho más comunes en niñas que en niños. En niñas, el ureterocele compromete a ambos riñones en la mayoría de los casos, mientras que en los varones solo compromete un riñón.
Se desconoce la causa del ureterocele y la duplicación ureteral. No obstante, se han presentado algunos casos en hermanos, lo que supone un componente genético.
Si el ureterocele no se identifica mediante una ecografía prenatal, es posible que no se detecte hasta que el niño presente infecciones recurrentes de las vías urinarias. Si su hijo posee antecedentes de infecciones frecuentes de las vías urinarias, el médico puede solicitar los siguientes procedimientos de diagnóstico:
Ecografía general de las vías urinarias. Técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia y una computadora para crear imágenes de los vasos sanguíneos, tejidos y órganos. Las ecografías se utilizan para observar el funcionamiento de los órganos internos y evaluar el flujo sanguíneo en los distintos vasos.
Cistouretrograma miccional (VCUG, por sus siglas en inglés). Se administra un medio de contraste mediante un catéter, y se observa la micción para detectar si se produce reflujo hacia los uréteres.
El tratamiento para el ureterocele es muy complejo, individualizado y varía de un niño a otro. El médico determinará el tratamiento específico basado en lo siguiente:
Edad, estado de salud general e historia clínica del niño
Gravedad de la enfermedad
Tolerancia de su hijo a medicamentos, procedimientos o terapias específicos
Expectativas para la evolución de la enfermedad
Su opinión o preferencia
Si su hijo tiene una infección de las vías urinarias, se le pueden administrar líquidos y antibióticos por vía intravenosa. Una vez resuelta la infección, se comenzará a tratar el ureterocele.
El tratamiento del ureterocele a menudo depende de la magnitud de la constricción y de la función del riñón que ese uréter drena. Si la zona del uréter presenta una gran acumulación de orina, es posible que tenga que ser drenada quirúrgicamente. Es probable que deban resecarse ureteroceles de mayor tamaño que pueden originar una gran cantidad de reflujo (o flujo que retrocede) hacia el uréter. Si existe un uréter duplicado, es posible dejar intacto uno de ellos.
En algunos niños, el riñón del lado afectado puede estar dañado y quizá sea necesario extraerlo.
Es posible que su hijo sea derivado a un urólogo (médico especializado en los trastornos y el cuidado de las vías urinarias y el aparato genital masculino). En caso de que exista un ureterocele pequeño, es posible que no se requiera una intervención médica si el riñón funciona sin dificultad.
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