La displasia del desarrollo es un trastorno congénito (presente en el nacimiento) de la articulación de la cadera. Se produce en uno de cada 1,000 nacimientos con vida. La articulación de la cadera se forma como una articulación de bola y cotilo. En la DDC, el cotilo puede ser poco profundo, lo que permite que la "bola" del hueso del muslo, también conocida como cabeza femoral, se deslice hacia adentro y hacia afuera del cotilo. La "bola" puede salirse de forma parcial o total del cotilo.
La mayor incidencia de DDC se presenta en bebés primogénitos de sexo femenino con antecedentes de un familiar cercano con este trastorno.
La displasia de cadera se considera "herencia multifactorial". Multifactorial significa que el defecto congénito puede ser causado por muchos factores. Estos factores por lo general son genéticos y ambientales.
A menudo, uno de los sexos (masculino o femenino) se ve afectado con mayor frecuencia que el otro en lo que concierne a los rasgos multifactoriales. Parece haber un "umbral de manifestación" diferente, lo que significa que un sexo tiene mayor probabilidad que el otro de manifestar el problema. Por ejemplo, la displasia de cadera es más común en las mujeres que en los hombres.
Una de las influencias del ambiente que se cree que contribuye a la displasia de la cadera es la respuesta del bebé a las hormonas de la madre durante el embarazo. Un útero estrecho que no permite el movimiento fetal o un parto de nalgas también pueden causar displasia de cadera. La cadera izquierda suele resultar más afectada que la derecha por la posición del feto dentro del útero.
Los bebés primogénitos tienen mayor riesgo, ya que el útero es pequeño y el espacio para que el bebé se mueva es limitado, por lo que afecta el desarrollo de la cadera. Otros factores de riesgo pueden incluir los siguientes:
Antecedentes familiares de displasia del desarrollo de la cadera o de ligamentos muy flexibles.
La posición del bebé dentro del útero, en especial con presentación de nalgas.
Asociaciones con otros problemas ortopédicos, como el metatarsus adductus, la malformación de pie zambo, patologías congénitas y otros síndromes.
Los siguientes son los síntomas más comunes de la DDC. Sin embargo, cada bebé puede experimentar los síntomas de manera diferente. Algunos de los síntomas pueden incluir los siguientes:
La pierna puede parecer más corta del lado de la cadera luxada.
La pierna del lado de la cadera luxada puede girar hacia afuera.
Los pliegues en la piel del muslo o glúteos pueden parecer desparejos.
El espacio entre las piernas puede parecer más ancho de lo normal.
Un bebé que padece displasia del desarrollo de la cadera puede tener una luxación de cadera parcial o total, lo cual significa que la cabeza del fémur se desliza en forma parcial o total hacia afuera del cotilo. Los síntomas de la DDC pueden parecerse a los de otros trastornos de la cadera. Hable siempre con el proveedor de atención médica de su bebé para recibir un diagnóstico.
La displasia del desarrollo de la cadera a veces se nota en el nacimiento. El pediatra o especialista en neonatos examina al bebé en el hospital para detectar la posible existencia de este problema de cadera antes del alta. Sin embargo, es posible que la DDC se detecte recién en evaluaciones posteriores. El proveedor de atención médica de su bebé puede diagnosticar displasia del desarrollo de la cadera mediante un examen clínico. Durante el examen, el proveedor de atención médica obtendrá la historia clínica completa del embarazo y nacimiento de su hijo, y le preguntará si otro familiar padece DDC.
Los procedimientos de diagnóstico pueden incluir los siguientes:
Radiografía. Es una prueba de diagnóstico que utiliza rayos de energía electromagnética invisibles para generar imágenes de tejidos internos, huesos y órganos en una placa radiográfica.
Ecografía (también denominada sonografía). Se trata de una técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia y una computadora para crear imágenes de vasos sanguíneos, tejidos y órganos. Las ecografías se utilizan para ver el funcionamiento de los órganos internos y evaluar el flujo sanguíneo a través de varios vasos.
El proveedor de atención médica de su hijo determinará el tratamiento específico para la DDC según lo siguiente:
La edad gestacional, salud general e historia clínica de su bebé
La magnitud de la afección
La tolerancia de su bebé a medicamentos específicos, procedimientos o terapias
Las expectativas de la evolución de la afección
Su opinión o preferencia
El objetivo del tratamiento es colocar la cabeza del fémur en el cotilo de la cadera para que esta pueda desarrollarse normalmente.
Existen diferentes tratamientos para los bebés, entre los cuales se incluyen los siguientes:
Dispositivo de posicionamiento no quirúrgico o colocación de un arnés de Pavlik. El arnés de Pavlik se usa en bebés de hasta 6 meses de edad para mantener la cadera en su lugar y a la vez permitir que las piernas se muevan un poco. El proveedor de atención médica de su bebé coloca el arnés, que suele usarse durante uno a dos meses. Durante este tiempo, se examina al bebé a menudo para comprobar que el arnés calce correctamente y para revisar la cadera. Al finalizar el tratamiento, se toman radiografías (o ecografías) para verificar la ubicación de la cadera. El arnés de Pavlik permite obtener muy buenos resultados, pero en ocasiones puede persistir una luxación parcial o total.
Yeso. Si continúa habiendo luxación parcial o total de cadera, es posible que se necesite yeso o cirugía.
Cirugía. Si los demás métodos fallan o si la DDC se diagnostica desde los seis meses hasta los dos años de edad, es posible que sea necesaria una cirugía para volver a colocar la cadera en su lugar de forma manual, lo que se conoce como "reducción cerrada". Los niños mayores de dos años pueden necesitar una "cirugía abierta" para volver a alinear la cadera, seguida de un yeso en espiga. Si da resultado, se coloca un yeso especial (denominado yeso en espiga) al bebé con el fin de mantener la cadera en su lugar. El yeso en espiga se usa durante aproximadamente tres a seis meses. El yeso se cambia periódicamente para ajustarlo al crecimiento del bebé. También para garantizar que mantenga su rigidez, ya que puede ablandarse con el uso diario.
El yeso permanece en la cadera hasta que esta vuelve a su ubicación normal. Después del yeso, puede ser necesario un elemento ortopédico especial o fisioterapia para fortalecer los músculos alrededor de la cadera y las piernas.
El yeso en espiga pelvipédico corto se aplica desde el pecho hasta los muslos o rodillas. Este tipo de yeso se usa para mantener la cadera en su lugar después de la cirugía, a fin de permitir la consolidación.
Las recomendaciones de cuidado del yeso incluyen las siguientes:
Mantenga el yeso limpio y seco.
Revise si existen grietas o fisuras en el yeso.
Los bordes ásperos se pueden acolchar para proteger la piel contra rasguños.
No rasque la piel debajo del yeso introduciendo objetos debajo de este.
Utilice un secador para el cabello en un lugar fresco para introducir aire dentro del yeso y aliviar la piel caliente y con picazón. No introduzca aire tibio ni caliente en el yeso.
No coloque polvos ni lociones dentro del yeso.
Cubra el yeso durante la alimentación para evitar que los alimentos derramados ingresen en el yeso.
Evite que se coloquen juguetes u objetos dentro del yeso.
Levante el yeso por encima de la altura del corazón para reducir la hinchazón.
No utilice la barra de abducción del yeso para levantar o transportar al bebé.
Comuníquese con el proveedor de atención médica de su hijo si el niño presenta uno o más de los siguientes síntomas:
Fiebre o escalofríos
Aumento del dolor
Aumento de la hinchazón por encima o por debajo del yeso
Salida de líquido o mal olor proveniente del yeso
Dedos de los pies fríos
Mientras que un examen del recién nacido para verificar si existe DDC permite la detección temprana de este trastorno de la cadera, se pueden conseguir resultados satisfactorios si se inicia el tratamiento inmediatamente después del nacimiento. Muchos bebés responden correctamente al arnés de Pavlik o al yeso. También es posible que se necesiten cirugías adicionales, debido a que la luxación de la cadera puede reaparecer a medida que el niño crece y se desarrolla. Si no se trata, se puede desarrollar una diferencia de longitud en las piernas, cojera y menor agilidad. Los niños de más de dos años con DDC pueden desarrollar una malformación de la cadera y osteoartritis en etapas posteriores de su vida. La DDC también puede derivar en dolor y osteoartritis en la edad adulta.
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