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Cada articulación del cuerpo tiene cartílago, lo que ayuda a mover las articulaciones y protege los huesos. La osteocondritis disecante (OCD) aparece cuando se interrumpe el flujo sanguíneo a ese cartílago, lo que hace que el hueso se ablande. Si no se trata, la osteocondritis disecante puede dañar el cartílago de la articulación, y las partes sueltas del hueso y el cartílago pueden incluso desprenderse de la articulación. A largo plazo, la osteocondritis disecante no tratada también puede conducir a artritis. La osteocondritis disecante afecta con más frecuencia a la rodilla, el tobillo y el codo.
Nadie sabe exactamente qué causa la osteocondritis disecante, pero se ha vinculado con lesiones graves, a largo plazo o por uso excesivo. A veces, una lesión grave también puede causar fractura osteocondral (cuando una parte del hueso y el cartílago de la articulación se desprenden en la articulación) o lesión osteocondral (cuando el cartílago dentro de la articulación está lesionado, pero no el hueso). Mientras que la osteocondritis disecante puede comenzar con una lesión grave, puede estar presente por meses o años antes de que la persona sienta cualquier síntoma.
Es posible que la osteocondritis disecante no genere ningún síntoma por meses o años. Los síntomas incluyen los siguientes:
Los síntomas pueden comenzar después de una pequeña lesión que pareció mejorar por sí sola.
Las opciones de tratamiento para la osteocondritis disecante varían para cada paciente pero pueden incluir opciones no quirúrgicas como descansar de las actividades de correr y saltar, muletas, férula o yeso, o cirugía. Los médicos del Centro ortopédico y de medicina del deporte del Stanford Medicine Children’s Health tienen años de experiencia trabajando con niños, adolescentes y jóvenes adultos. Ellos se aseguran de que los huesos en crecimiento y las placas de crecimiento de los pacientes jóvenes se tengan en cuenta en cada decisión del tratamiento para darles a los pacientes la base para una vida saludable y activa. El Dr. Kevin Shea, cirujano ortopédico pediátrico del Stanford Children’s Health, publicó numerosos estudios sobre los tratamientos más eficaces para la osteocondritis disecante. También es uno de los fundadores del grupo de estudio Investigación de la osteocondritis disecante en la rodilla (ROCK), que reúne a médicos e investigadores de todo el mundo a fin de mejorar nuestra comprensión de cómo diagnosticar y tratar la osteocondritis disecante.
Nuestros pacientes también disfrutan del acceso continuo a terapeutas físicos y ocupacionales, entrenadores de atletismo y especialistas en movimiento en el Laboratorio de rendimiento deportivo y del movimiento, que vienen juntos a ayudar a los pacientes a recuperarse de forma rápida y segura para que puedan volver a practicar deportes y juegos.
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