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Creemos firmemente en la eficacia de las vacunas para prevenir enfermedades graves y salvar vidas.
Creemos firmemente en la seguridad de nuestras vacunas.
Creemos firmemente que todos los niños y jóvenes adultos deben recibir todas las vacunas recomendadas según el calendario publicado por los Centros para el Control de Enfermedades y la American Academy of Pediatrics.
Creemos firmemente, según todos los estudios actuales, las pruebas y la bibliografía disponible, que las vacunas no provocan autismo ni otras discapacidades del desarrollo. Creemos firmemente que el tiomersal, un conservante que ha estado presente en las vacunas durante décadas, no provoca autismo ni otras discapacidades del desarrollo. De todas maneras, ninguna de nuestras vacunas contiene tiomersal.
Creemos firmemente que la vacunación de niños y jóvenes adultos puede constituir la intervención más importante que realizamos como profesionales de la salud y que usted puede realizar como padre o cuidador. Los calendarios y las vacunas recomendadas son el resultado de años de recopilación de datos sobre millones de niños y estudios científicos llevados a cabo por miles de médicos y científicos.
Dicho esto, reconocemos que siempre ha existido controversia acerca de la vacunación y que, probablemente, siempre existirá. De hecho, Benjamin Franklin, persuadido por su hermano, se oponía a la vacuna contra la viruela hasta que los datos científicos lo convencieron de lo contrario. Por desgracia, había retrasado la vacunación de Franky, su hijo favorito, quien contrajo viruela y murió a los 4 años de edad. Durante toda su vida, Ben sintió culpa y remordimiento por su decisión. Cita en la autobiografía de Franklin:
En 1736, perdí a uno de mis hijos, un buen niño de cuatro años, por la viruela. Durante mucho tiempo, me lamenté profundamente y todavía lamento no haberlo vacunado. Menciono esto por el bien de los padres que deciden omitir esta operación, suponiendo que nunca se perdonarán si el niño muere en ese proceso. Mi ejemplo demuestra que el arrepentimiento puede ser el mismo en ambos casos y que, por lo tanto, debería elegirse el más seguro.
La campaña de vacunación es una víctima de su propio éxito. Gracias a las vacunas, muchos de ustedes no han visto nunca a un niño con polio, tétanos, tos ferina, meningitis bacteriana o incluso viruela, o no han conocido a ningún amigo o familiar cuyo hijo haya muerto por una de estas enfermedades. Este logro puede hacer que seamos complacientes o incluso perezosos acerca de la vacunación. Sin embargo, esta actitud, si se generaliza, solo puede conducir a resultados trágicos.
En los últimos años, muchas personas en Europa han elegido no vacunar a sus hijos con la vacuna triple viral luego de la publicación de una sospecha infundada, que luego se retractó, de que las vacunas provocaban autismo. Como consecuencia de la falta de vacunación, se produjeron pequeños brotes de sarampión y varias muertes por complicaciones de sarampión en Europa y los Estados Unidos en los últimos años.
Aquellos que eligen no vacunar a sus hijos se benefician de los miles de personas que sí los vacunan. De esta manera, disminuye la probabilidad de que sus hijos contraigan una de esas enfermedades. Exponemos estos datos no para asustarlo ni para obligarlo, sino para destacar la importancia de vacunar a su hijo. Sabemos que la decisión puede ser emocional para algunos padres. Haremos todo lo posible para convencerlo de la importancia de vacunarse según el calendario. Sin embargo, si tiene alguna inquietud, analícela con su médico antes de la visita. En algunos casos, podemos modificar el calendario para tener en cuenta las dudas e inquietudes de los padres. Sin embargo, le informamos que retrasar o "separar las vacunas" para dar una o dos a la vez en dos o más visitas va en contra de las recomendaciones de los expertos, puede poner a su hijo en riesgo de contraer una enfermedad grave (o incluso de morir) y va en contra de nuestro consejo médico como profesionales de Altos Pediatric Associates. Deberá abonar copagos adicionales para estas otras visitas. Además, tenga en cuenta que deberá firmar un reconocimiento de "Rechazo a la vacunación" en caso de retrasos prolongados.
Por último, si a pesar de nuestros esfuerzos se niega por completo a vacunar a su hijo, le pediremos que busque a otro profesional de la salud que comparta sus ideas. No disponemos de una lista con dichos profesionales y tampoco los recomendaríamos. Comprenda que, al no vacunarlo, somete a su hijo y a los hijos de otras personas al riesgo innecesario de padecer enfermedades mortales y discapacidades, e incluso la muerte.
Como profesionales médicos, estamos firmemente convencidos de que vacunar a los niños en un calendario y con las vacunas disponibles en la actualidad es exactamente lo que hay que hacer para todos los niños y jóvenes adultos. Gracias por tomarse el tiempo de leer esta política. No dude en comentarnos cualquier pregunta o inquietud que tenga sobre las vacunas.
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